Aunque los textos que se encuentran en este libro se escribieron para meditadores practicantes más que para académicos, sin embargo, expresan la esencia de muchos años de estudio profundo y práctica. No resulta sorprendente que esa investigación exhaustiva haya conducido al desarrollo de términos técnicos precisos para describir, tanto estados psicológicos como espirituales. Y esto es así porque esos estados psicológicos y espirituales son privados. A menudo no se pueden inferir de la observación de la conducta de otra persona, e incluso nuestra propia experiencia meditativa es con frecuencia difícil de describir con palabras. Esta dificultad ha llevado a desarrollar términos muy compactos, muy complejos, en un intento de perfilar las sutiles variaciones de significado y de la experiencia. En consecuencia, una persona occidental que se enfrenta a este libro puede encontrar que el lenguaje utilizado es, a veces, bastante difícil y que parece referirse a experiencias que no están muy claras.
Pero ¿como podrían esos términos ser claros si describen algo que nunca hemos visto? Aunque sea sólo cuestión de cambiar un poco para descubrir lo que estaba previamente escondido, resulta una tarea asombrosamente difícil de hacer, debido a la fuerza de nuestras pautas habituales para la creación de significados. Para que ocurra un simple momento de conciencia natural, la corriente de nuestros hábitos tiene que interrumpirse. Esto suele requerir una práctica disciplinada, pero en este caso, se refiere paradójicamente, a la práctica de actividades “vacías” que permitan que se abra un espacio a aquello que está allí, para revelarse a sí mismo. Es probable que sea necesario un cierto grado de fe para el compromiso inicial con la práctica, pero es de esperar que algunas experiencias sucedan rápidamente y permitan ofrecer una base real a la confianza.
El libro sugiere que nosotros, como seres humanos, podemos acceder a estados de calma, de liberación, de libertad, más allá de la ansiedad, la depresión o de problemas neuróticos, y que estos estados se consiguen a través de una atención consciente a los funcionamientos reales de la mente. Estos funcionamientos son muy sutiles y para identificar los procesos que se describen, es necesario desarrollar la habilidad de mantener una atención precisa y enfocada para influir en nuestra propia experiencia mental. Todo esto necesita un esfuerzo adicional, especialmente, porque nuestra cultura nos ha fomentado el centrar nuestra atención en lo externo, en un mundo que aparentemente se compone de entidades reales y separadas. De tal manera que estamos como en un círculo vicioso, en el que a menos que hagamos un esfuerzo, todo nos puede parecer un sinsentido. Pero ¿por qué deberíamos hacer un esfuerzo para estar convencidos de que tiene sentido? Aunque éste sea un libro sobre el dsogchen, se inicia con una exposición de la visión básica general del mundo propuesta por el budismo tibetano. Algunos de los temas son cosmológicos, como la descripción de los seis reinos de existencia, y otros resaltan la fragilidad de nuestra situación, como por ejemplo, la transitoriedad o las dificultades para obtener el precioso nacimiento humano. Son puntos que ayudan a sentar las bases para comprometerse con el camino budista. El reconocimiento de las limitaciones de la libertad, que surge como consecuencia de la visión dualista, nos lleva inmediatamente a esforzarnos por identificar las reglas morales de la experiencia. Se cree que el cumplimiento de estas reglas nos conducirá hacia una cierta liberación del sufrimiento y de la opresión, pero ese hecho, por sí mismo, no es suficiente para librarnos del encadenamiento a la dualidad que todo lo distorsiona.
En parte, mi intención al presentar este libro, es ayudar a la gente a apartar sus mentes de esta visión de la existencia volcada hacia uno mismo, porque creo que es una noción inadecuada de nuestro potencial en nuestra presente existencia humana. Creo que no ayuda a que los seres se preparen para las infinitas posibilidades de una existencia futura y tampoco desarrolla nuestro potencial para el altruismo, ya que la perspectiva de una sola vida está básicamente centrada en sí misma. No podemos probar de forma científica si existieron otras vidas o si existirán, sin embargo, tenerlo en cuenta es un método muy útil para trastocar las suposiciones en relación a un ego y para situar la ética en el centro de nuestras vidas.
En los últimos cuarenta años, los occidentales han estado luchando por superar o cerrar la separación entre el cuerpo y la mente atribuida a Descartes. Durante mucho tiempo la cultura occidental ha defendido la idea de que en cierto sentido somos una mente que habita dentro de un cuerpo, una mente esencial separada de un cuerpo contingente. Pero en los últimos tiempos, a resultas de relacionarse con sus cuerpos, y de hacer cosas como yoga, shiatsu, masaje y terapia corporal, mucha gente ha empezado a vivir en sus cuerpos. Y de esa manera, han empezado a sentir, “Soy un cuerpo”, y a experimentar la diferencia entre un cuerpo como una posesión y la experiencia sentida de una existencia encarnada. Esta es la visión que mantiene y desarrolla el dzogchen, la búsqueda de la experiencia de ser este mundo, de que todo es indiferenciado como manifestación de la presencia, de una presencia despierta y libre de la necesidad de apropiarse de dominios de sí mismo o de otro.
Edición 2009, Páginas 238.
Autor: James LowEdición: 2010Páginas: 164
COMENTADO POR JAMES LOW
Traducción del inglés por Marta Pérez-Yarza
Este terma o tesoro espiritual de Nuden Dorje ofrece una explicación clara y auténtica de la visión y la meditación esencial del dsogchen, es decir, la práctica de la experiencia no dual. La presentación sigue el estilo Men ngag y se trata de una enseñanza personal que destila la propia realización de su autor, de una manera preciosa y a la vez, profundamente significativa. Una serie de estrofas cortas muestran con claridad diáfana cómo los diversos aspectos del dsogchen concuerdan a la perfección. El texto no sólo nos brinda una descripción auténtica de la práctica sino también, las instrucciones claras para poder aplicarlas.
El dsogchen, que a menudo se considera como la práctica suprema del budismo tibetano, es un sistema muy antiguo para llegar a realizar la naturaleza genuina de nuestra mente. Este texto, proveniente de un linaje de transmisión ininterrumpido, presenta una reflexión tradicional de los puntos clave del sistema. Habla al corazón de la condición humana y subraya la necesidad de integrar todos los aspectos de nuestro ser. Durante ese proceso, el practicante aprende a superar el miedo, la ansiedad y el rechazo.
El comentario explica prácticas fundamentales y también trata de las dificultades que pueden surgir durante la meditación. Así mismo, ofrece una ampliación de los conceptos tradicionales plasmados en el texto y un análisis de cómo pueden funcionar en la vida moderna.